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Asocian el alzhéimer con una dieta alta en carbohidratos.

 

Investigadores de la Escuela de Salud Publica del Imperial College de Londres han seguido los progresos de cinco mil personas durante diez años y concluido que quienes tienen el azúcar en la sangre más elevado padecen de un declive más rápido de sus capacidades cognitivas, al margen de que ese nivel de azúcar en sangre les haga o no técnicamente diabéticos. El estudio, recientemente publicado en Diabetologia, es sólo el último de una serie de trabajos que apuntan en la misma dirección.

En 2012, la neuropatóloga de la Universidad de Brown Suzanne de la Monte aplicó al cerebro de unos ratones una droga que interfería con el funcionamiento normal de la insulina. El resultado fue devastador: no sólo dejaron de ser capaces de circular por el consabido laberinto, sino que al hacerles la autopsia observó que el cerebro tenía los daños clásicos del alzhéimer. Fue esta investigadora quien, a la vista de estos resultados, rebautizó el alzhéimer como diabetes de tipo 3.

El mismo año, Rosebud Roberts, profesora de Epidemiología y Neurología en la Clínica Mayo, publicó un estudio para el que dividió a cerca de mil personas en cuatro grupos distintos dependiendo del volumen de carbohidratos de su dieta. Aquellos que pertenecía al grupo de mayor consumo de tenían un 80% más de probabilidades de desarrollar un deterioro cognitivo leve –un primer paso en la dirección de la demencia senil– que quienes se encontraban en el grupo de menor consumo.

El mecanismo por el que esto se produce no está claro, pero según Melissa Schilling, profesora de la Universidad de Nueva York, la razón estaría en que la enzima encargada de destruir la insulina también es la que destruye las placas beta amiloides cuya acumulación en el cerebro produce la demencia. Y todo aquello que provoca problemas en el funcionamiento correcto de la insulina puede hacer que estas enzimas no logren hacer eficazmente su trabajo en el cerebro.

 

 

Fuente: libertaddigital.com