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La pirámide alimentaria se actualiza con nuevos consejos.

 

 

El equilibrio emocional, el balance energético o las técnicas culinarias son las bases de la nueva pirámide de la alimentación saludable avalada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC).

Estas novedades junto con la hidratación saludable se incluyen en las renovadas “Guías alimentarias para la población española”, realizadas por más de cien expertos en nutrición y salud pública, que se publican en un número especial de la revista “Nutrición Hospitalaria”.

En un acto ante los medios, el presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y coautor del documento, Gregorio Varela, ha destacado la importancia de tener “herramientas sencillas basadas en evidencias científicas” con las que aconsejar a la población.

“Ante tanta disponibilidad alimentaria, parece que estamos muy incapacitados para elegir adecuadamente los alimentos que constituyen nuestra dieta”, ha asegurado Varela, al tiempo que ha lamentado el alejamiento de la dieta mediterránea tradicional.

El presidente del comité científico de la SENC, Javier Aranceta, ha explicado que estas guías sirven para llevar las ideas “de la ciencia al plato”, en las que no solo hay que pensar en los tipos de alimentos, sino también en “cómo comprar, cocinar, preparar y degustar” los mismos.

Así, la pirámide alimentaria plantea en su base mantener estilos de vida saludables, por lo que es necesaria la actividad física regular (una hora al día, equivalente a 10.000 pasos), un balance energético que implique más movimiento conforme más consumamos, técnicas culinarias saludables y una hidratación adecuada.

También incluye el tener buen equilibrio emocional, un elemento “muy significativo” para mejorar la alimentación, ya que según nuestras “sensaciones vitales” nos va a apetecer un tipo de comida u otra. “Cuando estoy deprimido o enfadado no me apetece cocinar, por lo que tomo una cosita rápida o algo al microondas”, ha explicado Aranceta.

El resto de la pirámide alimentaria mantiene su estructura: consumo principal de arroz, cereales y patatas, además de las cinco raciones de fruta y verdura y aceite de oliva virgen extra, que se engloban en lo que conocemos como dieta mediterránea y debería constituir un 70% de nuestra alimentación.

A estos le siguen el consumo variado de lácteos, pescados y carne blanca, mientras que la carne roja y los embutidos deberían ingerirse moderadamente. Y de manera ocasional la bollería industrial, chucherías y untables como los patés, que suelen llevar muchas grasas saturadas.

La cumbre de la pirámide incluye una bandera con suplementos nutricionales, como hierro o ácido fólico para mujeres que quieran tener hijos o de vitamina D, aunque siempre con asesoramiento profesional.

En cuanto a la pirámide de la hidratación, siguen las recomendaciones de entre dos litros y dos y medio de agua, según cada persona, por lo que el doctor Aranceta aconseja un “ranking personal” relacionado con el color de la orina: si ésta es oscura, es necesario beber más.

 

Fuente: www.lavanguardia.com